Hoy el sol sudafricano me ha despertado por última vez.
Este bendito país te obliga a abrir los ojos a primerísimas horas de la mañana con un amanecer tan sonriente como su gente.
Llegó el momento, mi vida en Sudáfrica se termina, y extrañamente, no quiero abandonarla.
Nunca llegué a creerlo, pero ahora, a escasas horas de tomar mi avión de regreso a España, tengo un pellizco en el alma de pensar que tengo que partir.
Sudáfrica me ha acogido durante los últimos 16 meses… no como si fuese uno mas, pero nunca me ha hecho sentir un extraño, no mas de lo que yo me he empeñado en serlo. Cuando me he dado cuenta de las bondades del país casi era demasiado tarde…
He conocido cosas increíbles que formarán parte de mi vida para siempre, compartido buenísimos momentos con una gente encantadora y finalmente he terminado disfrutando de una experiencia que se me ha brindado en compañía de Rosa.
Jorge, Sergio, María, Fran, Donald, Amanda, Gustavo, Erlon, Silvana, Michel, Pamita, Renato, Tomé… han sido tantos los amigos que hemos hecho, con los que hemos viajado y reído que lamento no poder acordarme de todos. No puedo decir ni una mala palabra de ellos, de ninguno (y mirad, que yo tengo facilidad para eso). Gente educada, interesante, simpática y agradable… Ha sido un auténtico placer tenerlos cerca durante nuestra estancia africana.
No quiero volver a la dura realidad. Volver a ver las calles españolas llenas de locales con carteles de “se vende”. Concentrarse durante largos días de estudio combatiendo el pegajoso calor ibérico…
Sin embargo, me invade el corazón la alegría de volver a ver a mi familia, que es lo mas grande que tengo, mi sobrina (y pensar que otra está al caer), darle un achuchón enorme a mi gata (que no lo entenderá), y compartir buenos momentos con mis amigos, que son uno de los tesoros mas valiosos que tengo.
Atrás quedan los meses de asueto en Cedar Hills donde mi única preocupación era que mi Rosita llegase feliz a casa y pasarme el Dead Rising…
Atrás quedan los días angustiosos por la intranquilidad de no saber que pasaría con mi futuro laboral cuando nos mudamos a Jackal Creek…
Atrás quedan las horas delante del ordenador buscando una oposición en la que invertir mi tiempo en este país…
Atrás quedan las continuas jornadas de estudio (feliz estudio) sin la mas mínima distracción que las señoras de la limpieza 2 días en semana…
Ahora toca superarse en España. Volver a retomar las riendas de mi vida junto a la persona que mas quiero, y si para eso es necesario mudarse a Madrid lo hago como la mejor decisión que pueda tomar.
Allá voy, con las pilas cargadas… con ánimo… pero se que cuando esté allí, inconscientemente cogeré alguna salida de carretera por la izquierda y que echaré de menos no sonreir cuando entre en una simple gasolinera porque no haya nadie que me baile y me salude con la gracia y simpatía que solo tienen los sudafricanos.
Hasta siempre Sudáfrica. Te llevaré siempre conmigo.
Sorteo de Chocolateconhilos!!!
Hace 14 años